La absorción de
Blockbuster México por un grupo “pesado” dentro de la industria del
entretenimiento o de las telecomunicaciones era cuestión de tiempo
Por donde quiera que se vea, la compra de
Blockbuster México por parte de Elektra, anunciada oficialmente el martes, es
una “ganga” bien aprovechada por el grupo que encabeza Ricardo Salinas Pliego:
408 millones de pesos por una cadena de 320 locales comerciales distribuidos en
108 ciudades; el uso durante dos años de una marca acreditada en el mercado
nacional de entretenimiento para clase media; un stock de películas y productos en
video con potencial para ser incorporados a otros negocios del Grupo Salinas; y
una cartera de suscriptores que igualmente pueden ser “convencidos”
progresivamente para incorporarse como clientes al negocio de OTT (Over the Top) que maneja
Salinas Pliego a través de Totalmovie.
En un comunicado, Elektra explicó sus
planes para Blockbuster: “La compañía planea ofrecer diversos productos, además
de reforzar su plataforma de servicios financieros e impulsar la transformación
de la red de distribución de entretenimiento digital”.
Los locales serán puntos de
“multiservicios” que conservarán durante algún tiempo la tradicional venta y renta
de películas, series y videojuegos, pero añadirán servicios financieros y
comerciales de Elektra y Banco Azteca, y probablemente de venta de celulares
Iusacell. Paulatinamente el stock de Blockbuster irá pasando a la
distribución digital dentro de las plataformas que Grupo Salinas maneja en
internet y que son asequibles en computadoras y consolas de videojuegos, así
como en teles y teléfonos inteligentes.
A pesar de que Blockbuster intentó correr a
la par de la tecnología, fue vencida por la convergencia digital. A partir de
2004 la empresa intentó recursos como las suscripciones vía internet y la
colocación en la red de un catálogo para rentar películas a domicilio.
No obstante que la matriz en Estados Unidos
quebró y fue liquidada, Blockbuster en México siguió funcionando con números
negros por una sencilla razón: en nuestro país el acceso de la población a las
tecnologías vinculadas con la convergencia digital es mucho más lenta que en
Estados Unidos.
Por eso es aún grande el mercado de renta y
venta de video que sin embargo irá desapareciendo para ser sustituido por los
servicios propios de la convergencia conforme la población vaya teniendo acceso
a ellos. El Grupo Salinas, a través de Elektra, se encargará sacarle jugo en
los próximos años a lo que queda de Blockbuster.
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