Aunque cada vez más marcas están presentes en redes sociales para aumentar la comunicación con sus consumidores reales y potenciales. Pero muchas marcas de lujo se mantienen reacias a comunicarse a través de las redes sociales. Muchas de ellas tienen perfiles creados pero no los usan, o los usan con poca asiduidad, por no hablar de las que ni siquiera tienen perfiles en Twitter o Facebook.
Pero hay 3 marcas de lujo que han entrado en el mundo de las redes sociales: Chanel, por ejemplo, tiene cuenta en Twitter desde 2011, pero desde hace poco tiempo está subiendo fotos a su cuenta de Instagram, en la que tiene 1,7 millones de seguidores; Burberry está invirtiendo el 60% de su presupuesto digital en redes sociales, y Louis Vuitton subió fotos a Instagram para promocionar el desfile de moda Paris Fashion Week.
“Escribimos más de 40.000 palabras cada mes en nuestra revista y sólo tiene que encender la radio para saber lo que dicen nuestros editores,” dicen desde Monocle, revista de diseño y cultura que no se promociona en las redes, pero que se enorgullece de estar presente en ellas de boca de los demás, tanto de sus redactores y colaboradores como de seguidores que comparten lo que leen en ella. “La gente se expone mucho en las redes sociales, a nosotros nos parece incómodo hacerlo”.
Los profesionales de la comunicación afirman que esto es un paso atrás: “Estas compañías antisociales se resisten a lo inevitable,” ha comentado Will McInnes, de Brandwatch, mientras que Rick Liebling, de Unmetric compara a los actores con las redes sociales: “Hace 25 años, los actores de cine no hacían televisión, pero ahora muchos de ellos quieren estar allí. Lo mismo ocurre con las marcas de lujo, que deberían aceptar el cambio en la cultura”.
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