La falta de control de la firma en su tienda de aplicaciones
aceleró su caída, de las 120,000 herramientas que presume, la mayoría son
inútiles y copias de versiones oficiales.
El lamentable estado de la tienda BlackBerry World es uno de
los principales factores detrás de la rápida desaparición de la tecnológica. Muchas
de las apps más populares en los dispositivos iPhone y Android no están
disponibles. No tiene Instagram, Netflix, Candy Crush o Google Maps. Varias de
las utilidades de grandes marcas que sí existen para el teléfono, como
Facebook, Twitter y WhatsApp, se actualizan con poca frecuencia y han recibido
malas reseñas de los usuarios.
Mientras tanto, el sitio de noticias BerryReview reveló que
sólo un desarrollador es responsable de 48,000 extensiones para el smartphone
(el 40% del total). Algunas de ellas, implementadas por la firma hongkonesa
S4BB, son originales y funcionales. Sin embargo, muchas otras son clones
genéricos o tienen poca utilidad.
Por ejemplo, una app hecha por S4BB es un "escáner de
cámara" que convierte fotos en archivos PDF. Otra silencia los sonidos de
la cámara. También hay cientos de factbooks del mundo, mapas del metro y guías
de ciudades.
El problema no es que la mayoría de las extensiones de
BlackBerry sean malas (gran parte de aplicaciones en las tiendas iTunes App
Store y Google Play Store también son terribles), lo realmente grave de esta
situación es que la compañía no ejerce control alguno sobre su propia oferta.
La empresa también está perdiendo suscriptores, por lo que
los grandes desarrolladores no quieren dedicar recursos a una plataforma en
descenso. Sin embargo, la firma da total libertad a los pequeños
desarrolladores para que llenen su tienda con basura.
Aunque la estrategia de puertas abiertas tal vez le resulte
moderadamente provechosa a la empresa y a algunos creadores ambiciosos en el
corto plazo, fomentar tanta cantidad de aplicaciones inútiles frente a las apps
de calidad reviste consecuencias a largo plazo: los pequeños desarrolladores no
quieren invertir en BlackBerry, pues es difícil que los consumidores encuentren
sus aplicaciones en ese caótico depósito.
Apple y Google limpian su casa
No es casualidad que las principales plataformas móviles
nieguen ese tipo de actividad dentro de sus tiendas de aplicaciones. Apple,
cuyo estricto proceso de aprobación de aplicaciones a menudo peca de
conservador, ha eliminado prácticamente las extensiones basura. Incluso Google,
una empresa que predica la apertura de su plataforma móvil Android, impone
límites. Si bien no impide a nadie descargar e instalar aplicaciones fuera de
su tienda oficial, la empresa desaprueba las apps que ofrecen contenido
repetitivo en su Play Store.
La compañía del famoso buscador exige también a los
desarrolladores presentar individualmente cada aplicación para su aprobación, un
mecanismo que funciona como un elemento de disuasión para el llamado appspam.
BlackBerry pensó que podía atraer usuarios al ofrecerles a
los desarrolladores de Android la capacidad de portar rápidamente sus aplicaciones
existentes a su plataforma BlackBerry 10. Pero muchas de esas extensiones no
valían la pena, y las decentes brindaban una experiencia inferior.
La empresa en caída libre puede producir tantos
teléfonos geniales como guste, pero los bajos estándares que tiene en su tienda
de aplicaciones, y el esfuerzo aparentemente mínimo que ha hecho para
mejorarla, han contribuido en última instancia a la ruina de la otrora venerada
compañía.
Por: Lucero García Pérez
lucero@cmmx.com.mx
No hay comentarios:
Publicar un comentario