Twitter celebrará esta semana su primera conferencia de desarrolladores en cuatro años, y los rumores apuntan a que la red social prepara un lanzamiento ambicioso, algo que le ayude a recuperar lo que muchos consideran tiempo perdido con esta comunidad.
Según publica Bits, el blog sobre tecnología del Wall Street Journal, Twitter presentará este miércoles en San Francisco una serie de herramientas que facilitarán a los desarrolladores su trabajo en general y la construcción de aplicaciones en particular, de acuerdo con personas cercanas al asunto. Desde la red social no han querido hacer ningún comentario.
Se trata de una plataforma de desarrollo que ha sido bautizada como “Fabric” y que ofrecerá, entre otras cosas, asesoramiento sobre cuestiones que suelen afectar a todos los desarrolladores, como la monetización, los fallos técnicos y la analítica.
Por tanto, no solo se trata de conseguir una amplia base de desarrolladores que construyan nuevas aplicaciones para el entorno Twitter, sino de fidelizar a esta comunidad con herramientas gratuitas. Eso es, al menos, lo que piensan los ejecutivos de la compañía, y de eso irá, también, la conferencia del próximo miércoles.
En declaraciones al rotativo estadounidense, el que fuera director de la plataforma de Twitter en sus inicios, Ryan Sarver, explica que se trata, más bien, de construir y afianzar una relación. “Si se ofrecen servicios interesantes para todos los desarrolladores móviles, y no solo para aquellos que están interesados en Twitter, se puede construir una relación mejor con más desarrolladores, e introducirlos en el entorno Twitter ofreciéndoles valor añadido”.
La historia de Twitter con sus desarrolladores es parecida o, al menos, paralela en muchos aspectos a la de Facebook. En sus inicios ambas compañías consiguieron una respuesta masiva y entusiasta de los desarrolladores: mientras Mark Zuckeberg los “sedujo” en 2007 con Facebook Platform, en 2011 Twitter contaba ya con un millón de aplicaciones vinculadas a sus servicios, construidas por 135.000 desarrolladores distintos.
Sin embargo, las dos empresas marcaron un punto de inflexión en su interacción con esta comunidad cuando comenzaron a mostrarse más restrictivas con las aplicaciones de terceros. Facebook dejó de permitir que se mostraran al mismo nivel que las desarrolladas por sus ingenieros, e introdujo limitaciones, como la que impedía que los desarrolladores enviasen notificaciones a los usuarios. Twitter, por su parte, se volvió más estricta en 2012, cuando empezó a decidir qué aplicaciones de terceros eran válidas para su entorno y cuáles no, en un intento de controlar mejor su experiencia de usuario.
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